Video y texto:
Joaquín Cid Leal
Lugar: Corredor Verde del Guadiamar, Sanlúcar la Mayor (Sevilla)
Hormiga león,
Macronemurus appendiculatus (Latreille, 1807), así se llama este insecto que también habita en nuestro Corredor Verde y que, pareciendo estar sacado de una película de terror, seguramente será un desconocido para muchos.
A pesar de su nombre, no se trata de una hormiga, sino de un neuróptero; un orden de insectos principalmente depredadores.
En su estado de larva se encuentra en zonas de tierra seca y arenosa, cavando un agujero profundo y con forma de embudo y permaneciendo enterrada en su fondo; está equipada con un sentido de detección que recoge las más ligeras vibraciones, siendo capaz de ponerse en movimiento con tan sólo sentir el temblor que produce el movimiento de un grano de arena al caer.
Se alimenta de pequeños insectos, sobre todo de hormigas que entran en su foso y que, debido a la fina y suelta arena, no son capaces de salir. La presa se ve rápidamente atenazada por las piezas bucales de la hormiga león, con las que le inyecta un líquido paralizador y succiona los jugos vitales de la desdichada víctima.
Gracias a unos fuertes apéndices semejantes a una ancla que se encuentran situados en la parte inferior de su cuerpo, puede aferrarse a la tierrra y de esta forma arrastrar y controlar a sus presas.
La hormiga león vive en estadio larval durante dos años, pasando despues a crisálida dentro de un capullo y finalmente emergiendo en un bonito adulto alado que suele alimentarse de pulgones.
Existe una sola generación anual de adultos.
Como siempre, os recomiendo verlo en calidad HD.